Te gustan las adivinanzas y acertijos.
Adivinanzas fáciles y difíciles, de animales, para el cole, … ¿estás preparado para jugar a adivinar?
A veces los juegos de toda la vida son los más entretenidos y beneficiosos. Las adivinanzasademás de hacer pasar un buen rato, nos ayudan a memorizar, a pensar y a aprender conceptos nuevos…
¿Qué tal si les enseñamos a los niños estos pasatiempos tan tradicionales?
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura, y en el rabo de los gatos.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Destacan en las orejas, creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta, lo uso un poquito.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo, bajo tu cama descanso.
Salgo todas las mañanas, por la tarde me escondo. Doy siempre luz y calor, y soy… redondo, redondo.
Solo tres letras tengo pero tu peso yo sostengo. Si me tratas con cuidado te llevaré a cualquier lado.
Dos fuentes muy cristalinas están en medio de un llanto y cuando las fuentes manan no está muy contento el amo.
Como la piedra son duros, para el perro, un manjar. Sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
Como el algodón suelo en el aire flotar. A veces traigo lluvia y otras solo humedad.
Muchas lamparitas muy bien colgaditas, siempre encandiladas y nadie las atiza.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebrea que es la madre del mentir.
Doy al cielo resplandores cuando deja de llover. Abanicos de colores que nunca podrás coger.
Abierta siempre estoy para todos los niños Cerrada y triste me quedo los sábados y domingos.
Por dentro carbón, por fuera madera. En tu estuche voy a la escuela.
Cuatro patas tiene, así como un asiento. De ella me levanto y en ella me siento.
En un rincón de la casa donde yo estoy colocada, acudes con los papeles que no te sirven de nada.
Si tu me quieres comer, me verás marrón peludo y no me podrás romper porque por fuera soy duro.
Oro parece, plata no es. Quien no lo adivine listo no es.
Somos verdes y amarillas, también somos coloradas. Es famosa nuestra tarta y también comernos sin que estemos cocinadas.
Una señorita muy señoreada, lleva sombrero verde y blusa colorada. ¿Quién es?
En el circo lo veo en el zoo, también. Tiene la nariz más grande que en el mundo pueda haber.
Es la reina de los mares, su dentadura es muy buena, y por no ir nunca vacía, siempre dicen que va llena.
En la ciudad o el campo es un amigo del hombre. Adivina cuál es este animal sin que te diga su nombre.
No es cama ni es león, y desaparece en cualquier rincón.
Mi sombrero es una ola, estoy en medio del año, siempre te digo hola, sentado debajo del castaño.
Desde el lunes hasta el viernes, soy la última en llegar, el sábado soy la primera y el domingo a descansar.
Más de 20 señoras en una sala: sólo las que se juntan son las que hablan.
Empieza en luna termina en sol.
La tiene el tigre pero no el león dos veces el perro y una el ratón.
Te la digo y no la sabes, te la vuelvo a repetir, te la digo 3 veces y no la sabes decir.
En el medio del mar está, en el mundo no tiene cabida, es la primera en el amor y la última en la vida. ¿Qué es?
¿Qué se dice una vez en un minuto y dos veces en un momento?
Hay una flor pizpireta en el fondo del jardín de hermoso color violeta. ¿Su nombre? Ya te lo di.
Alta en altura, delgada en cintura, muchos aposentos puertas ninguna.
Con mi cara encarnada, mi ojo negro y mi vestido verde el campo alegro.
En la huerta estoy criada y muy verdita soy, tengo muchas hojitas y en vinagreta apañada, ¡vaya lo rica que estoy!
Tengo una gran sombrilla, y me buscan por sabrosa, pero atención, ten cuidado que puedo ser venenosa.
Tiene yemas y no es un huevo tiene copa y no es sombrero tiene hojas y no es un libro ¿qué es?
¿Cuál es el árbol que tiene las 5 vocales?
Tengo cabeza redonda, sin nariz,ni ojos, ni frente, mi cuerpo se compone sólo de blancos dientes.
Por tu aroma y tu color para adornarse te clavan las mujeres en su pelo, los hombres en la solapa.
Es una flor muy hermosa, tiene por nombre un color; nos deleita con su olor y en todo el mundo es famosa.
Con cuatro hojitas me has de buscar si buena suerte quieres encontrar.
Verde me crié, rubio me cortaron, duro me molieron, blanco me amasaron.
En verano éramos verdes, en otoño marroncillas, ahora el viento nos lleva de un lado a otro sin vida.
Capote sobre capote, capote de frío paño, aquel que llora por mí me está partiendo a pedazos.
Aunque planta verde y débil, nadie sin temor se arrima, que es mi roce como el fuego, que al punto el cuerpo lastima.
Tengo hipo al decir mi nombre, ¿quien soy?
¿Cuál es el animal que más tarda en quitarse los zapatos?
¿Quién será que de noche sale y de día se va?
En lo alto vive, en lo alto mora, en lo alto teje la tejedora.
¿Qué animal tiene las cinco vocales?
Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, en el agua vivo, en el mar o en el río.
Porque tengo sangre fría aparezco en primavera en piedras encaramada siempre al sol que más calienta.
Todos alguna vez hemos contado -o nos han contado- adivinanzas. Un entretenimiento clásico que no debería pasar de moda nunca. Sin embargo, con la llegada de las nuevas tecnologías y el ritmo de vida cada vez más acelerado, muchas veces no dedicamos tiempo a estos pasatiempos que pueden ser muy educativos y también muy útiles cuando queremos entretenernos con los más pequeños.
Lo cierto es que las adivinanzas, esas preguntas ingeniosas que normalmente riman y son fáciles de recordar, son un ejercicio excelente para los niños, e incluso para los adultos. Aunque no lo parezca, aportan muchos beneficios, tales como estimular el pensamiento abstracto y la inteligencia, la mejora del lenguaje y la capacidad para resolver problemas. Además de, como es lógico, el buen desarrollo de la memoria.
Y es que, puede ser una actividad que podemos aprovechar por partida doble: primero las aprendemos en familia, los peques las memorizan y luego ellos las trasmiten a sus amigos. Por eso es que se trata de una alternativa más que perfecta, porque pasan sus momentos libres de forma divertida y al mismo tiempo, porque les ayuda a pensar y a ejercitar la mente.
Como no necesitan de ningún tipo de material ni objeto, sino simplemente conocer unas cuantas, contar adivinanzas es un pasatiempo al que se puede acudir cuando y donde se quiera, por ejemplo: en un viaje en coche, durante una tarde de ocio familiar o en algunos momentos de espera en los que no hay otra cosa que hacer.
Aunque no se puede concretar con exactitud cuándo nacieron estos acertijos, sabemos que tienen muchos años de antigüedad. Y es que estos juegos han acompañado a la humanidad a lo largo de la historia, y lo podemos comprobar en la literatura de muchas culturas.
Hoy en día, existen acertijos para personas adultas, pero normalmente las adivinanzas suelen estar dirigidas al público infantil con el fin de, no solo entretener, también enseñar multitud de nociones y nuevo vocabulario. Y esto es así porque tras la solución de cada enigma hay un concepto que puede ser de muchos tipos. Lo que da lugar a que existan adivinanzas de temáticas muy variadas: de cosas u objetos cotidianos, de números y letras, de conceptos abstractos, de partes del cuerpo, de animales y plantas, de personajes, de alimentos e, incluso, algunas de lógica para agudizar algo más el ingenio y otras que se basan en hacer juegos de palabras.
Eso sí, todas ellas ponen a prueba a todo el que se las plantea y el conseguir resolverlas depende de la manera de buscar asociaciones, de los conocimientos y de las experiencias personales que tenga cada persona. Es por esto que también hay distintos niveles de dificultad.
Pues bien, para aquellos que quieran rememorar su infancia y, por supuesto, pasar un buen tiempo en familia (¡porque seguro que será así!) os traemos 10 adivinanzas fáciles, cortas y de varios tipos con las que los niños pueden empezar a conocer este entretenimiento… ¡Estamos convencidos de que les encantará! ¡Allá van!