Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, en el agua vivo, en el mar o en el río.
Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, en el agua vivo, en el mar o en el río.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo, bajo tu cama descanso.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebrea que es la madre del mentir.
Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, en el agua vivo, en el mar o en el río.
Cuatro patas tiene, así como un asiento. De ella me levanto y en ella me siento.