Tengo copa y no soy árbol,
tengo alas y no soy pájaro;
protejo del sol a mi amo,
en invierno y en verano.
tengo alas y no soy pájaro;
protejo del sol a mi amo,
en invierno y en verano.
Por tu aroma y tu color para adornarse te clavan las mujeres en su pelo, los hombres en la solapa.
Desde el lunes hasta el viernes, soy la última en llegar, el sábado soy la primera y el domingo a descansar.
En verano éramos verdes, en otoño marroncillas, ahora el viento nos lleva de un lado a otro sin vida.
Muchas lamparitas muy bien colgaditas, siempre encandiladas y nadie las atiza.
Dos fuentes muy cristalinas están en medio de un llanto y cuando las fuentes manan no está muy contento el amo.